La idea de una “máquina que 
piensa” se remonta a la antigua Grecia. Los griegos inventaron el 
concepto, pero probablemente no eran conscientes de hasta qué punto se 
podía desarrollar. Hoy en día, y a pesar de que todavía le queda 
recorrido, la Inteligencia Artificial —o en otras palabras, las máquinas
 que piensan— ya está muy presente en la vida cotidiana de la sociedad, y
 no sólo en el ámbito de las empresas.
Cuando nuestra plataforma de streaming
 favorita nos hace una recomendación de contenido, cuando pedimos una 
cita médica por teléfono sin casi mediar palabra o cuando un e-mail 
malicioso acaba en la carpeta de SPAM por “arte de magia”, la IA ha 
estado trabajando. Pero sus casos de uso son infinitos y su potencial 
para transformar sectores, inmenso. Por ello, hoy en día esta tecnología
 es una de las que más está impactando nuestro entorno y va mucho más 
allá de los gadgets inteligentes que podamos llevar en el bolsillo o en 
la muñeca.
Uno de los grandes usos de esta tecnología 
que ha ido cobrando relevancia en los últimos años ha sido en el área de
 atención al cliente. Resolver problemas y dudas de los consumidores es 
una tarea diaria que requiere tiempo y personal, y los asistentes 
virtuales son capaces de hacer este proceso más eficaz. Por un lado, 
consiguen que el usuario espere menos tiempo para responder su pregunta;
 por otro, logran una mayor agilidad en los procesos corporativos y, a 
su vez, permite a los profesionales abordar tareas más complejas y de 
mayor valor.
Un ejemplo palpable de ello lo vimos nada 
más comenzar la pandemia. Los servicios telefónicos de las instituciones
 sanitarias estaban plagados de consultas y los agentes no daban abasto.
 Los asistentes virtuales y los chatbots basados en IA fueron 
grandes aliados para salir de aquel embrollo, solventando algunas dudas 
sencillas y derivando las más complejas.
Por ejemplo, IBM y la Junta de 
Andalucía crearon un asistente virtual que respondió más de 67.000 
consultas ciudadanas sobre el virus. En este tiempo, la Diputación de 
Álava también ha puesto en marcha un asistente creado con tecnología de 
IBM que aborda diferentes necesidades de los ciudadanos y permite a los 
trabajadores del sector público implementar otras tareas. En otro ámbito
 y mucho antes de la pandemia, Caixabank fue un gran ejemplo a la hora 
de confiar en esta tecnología, siendo el primer banco del mundo que, ya 
en 2015, entrenó y utilizó un asistente para dar soporte a los expertos 
en comercio exterior del banco.
La revolución de la Inteligencia Artificial en sectores tradicionales
La Inteligencia Artificial tiene la 
capacidad de reinventar e impulsar la innovación en sectores de todo 
tipo, incluso los más tradicionales. Un ejemplo de ello es el agrícola, 
un área muy afectada por el cambio climático en países como España. En 
este aspecto, las capacidades de la IA están ayudando al sector agrícola
 a rentabilizar sus explotaciones y conseguir un producto con los 
máximos estándares de calidad consumiendo menos recursos de agua y 
fertilización.
Los tomates cultivados en los invernaderos 
de Cajamar en El Ejido (Almería) son una muestra de esta transformación.
 La cooperativa Cajamar es una de las muchas empresas que, con su 
extensa comunidad de agricultores, está contribuyendo cada día a 
cultivar la “huerta de Europa” y acumula una larga tradición de cosecha 
en diversas áreas de España. Aquí, la IA también tiene mucho que 
aportar: en combinación con la suite climática de IBM, han desarrollado 
Plataforma Tierra.
Esta herramienta permite que los agricultores puedan 
llevar a cabo su trabajo de forma más precisa gracias a los servicios 
predictivos de ahorro de agua y fertilización que, sin duda, contribuyen
 a que sus explotaciones sean más inteligentes, sostenibles y rentables.
El sector inmobiliario también está 
obteniendo beneficios de la inteligencia artificial. Habber Tec, 
business partner de IBM, desarrolló para la Unión de Créditos 
inmobiliarios (UCI), una solución de inteligencia artificial con la 
tecnología Watson de IBM, para ayudar a la compañía a mejorar, en tiempo
 y calidad, el proceso de análisis de concesión de préstamos 
hipotecarios, que tradicionalmente realizaban analistas de riesgos de la
 compañía, generando consecuencias como retraso en las respuestas, 
presencia de subjetividad, falta de agilidad para adaptarse a los 
cambios, entre otras.
Esta aplicación es capaz de dar una 
respuesta en tiempo real a las solicitudes de hipoteca, automatizando un
 80% de las decisiones de crédito, gracias a los modelos predictivos de 
inteligencia artificial, combinados con políticas de riesgo y servicios 
cognitivos que mejoran la experiencia del usuario y capturan nuevos 
datos.
Inteligencia Artificial sobre el asfalto
La movilidad por carretera también juega un 
papel crucial en la vida de la sociedad y atraviesa grandes retos. El 
aumento del tráfico, las emisiones de gases de efecto invernadero, la 
seguridad o el tiempo empleado en los desplazamientos son una cuestión 
apremiante. ¿Podría la tecnología ayudar a solucionarlo? Lo cierto es 
que sí. IBM y Abertis, grupo mundial líder en gestión de autopistas de 
peaje e infraestructuras, están ya explorando vías pioneras para 
desarrollar autopistas más innovadoras, seguras y ecológias. En este 
aspecto la IA tiene mucho que ofrecer en combinación con otras 
tecnologías como el cloud o el 5G. Por ejemplo, en el ámbito predictivo,
 la IA puede utilizarse para conocer la densidad de tráfico en un tramo 
concreto, ayudar en el estado de conservación de las vías —llegando a 
anticiparse a la degradación del pavimento— o para prevenir grandes 
nevadas que puedan afectar a las infraestructuras y a los usuarios.
La IA también ejerce un papel muy relevante 
en campos que, a simple vista, no se perceptibles. Por ejemplo, en el 
ámbito de la seguridad privada Prosegur necesitaba automatizar procesos 
internos para prestar un mejor servicio en el área de vigilancia 
privada. La gestión de los pedidos, los cobros o la facturación, entre 
otros, se estaban realizando de forma manual debido a su complejidad, lo
 que provocaba falta de trazabilidad en las peticiones de clientes, 
retrasos con el cumplimiento de la normativa o pérdida de información en
 los procesos de facturación, entre otros.
Para solucionar esto, Prosegur, de la mano 
de Habber Tec, implementó la solución Order-to-cash basada en la 
herramienta IBM Business Process Manager Standard, que ordena todo el 
proceso de prestación del servicio, desde la petición inicial hasta el 
cobro. Así, el cliente puede  contar con trazabilidad en las peticiones,
 mejorar los tiempos de respuesta de soluciones urgentes y unificar los 
canales de comunicación, entre muchas otras ventajas.
En definitiva, la seguridad, la movilidad o la agricultura son solo algunos ejemplos que demuestran cómo la IA está impactando positivamente en sectores muy diferentes. Tanto en momentos en los que el usuario final puede apreciar su presencia como cuando no, esta tecnología sigue evolucionando para facilitar la vida no sólo de las empresas sino también de las personas, planteando un gran abanico de posibilidades para hacer efectivo el cambio.
 
                                                     
                                         
                                         
                                         
                                         
                                         
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                     
                    